Fin de soporte de Windows 7
Aunque Windows 7 es uno de los sistemas operativos más exitosos de la historia, mantener un sistema operativo sin actualizaciones de seguridad no es una opción recomendable. Estar protegidos es clave no solo para evitar ataques, sino también para adaptarse al RGPD, cuyo incumplimiento puede acarrear importantes sanciones.
Los sistemas operativos con los que trabajan los equipos son claves para estar protegidos, ya que cuentan con multitud de funcionalidades de seguridad específicas. Cada producto de Windows tiene un ciclo de vida. El ciclo de vida comienza cuando se lanza un producto y termina cuando ya no tiene soporte. En este sentido, las empresas que trabajan con Windows 7 se enfrentan a un importante cambio: a partir del 14 de enero de 2020 Windows 7 finalizará su soporte y con ello las actualizaciones de seguridad, es decir, todos los ordenadores que funcionen con este sistema operativo quedarán totalmente desprotegidos ante posibles ataques y virus.
¿Qué significa que Windows no recibe soporte?
Una versión de Windows sin soporte no seguirá recibiendo actualizaciones de software de Windows Update. Estas actualizaciones incluyen actualizaciones de seguridad que pueden ayudar a proteger el PC de virus dañinos, spyware y otro software malintencionado, que pueden robar tu información personal. Windows Update también instala las últimas actualizaciones de software para mejorar la confiabilidad de Windows, como nuevos controladores del hardware.
Por esta razón, los ordenadores que utilicen Windows 7 después de la fecha de fin de soporte quedarán obsoletos. El motivo es obvio, ya que no podrán beneficiarse de las últimas herramientas de productividad ni responder ante nuevas amenazas de seguridad.
Y si esto es un problema para el usuario medio, imagínate el que supone para las empresas que todavía estén utilizando Windows 7. Quedarán desprotegidas, por lo que sin quererlo, también estarán desprotegiendo a sus clientes en el caso de que aparezca alguna vulnerabilidad con la que se pueda robar datos de sus servidores.
La única solución: migrar a un nuevo sistema operativo
El salto lógico es pasarse a Windows 10, que mantiene las mismas especificaciones mínimas de hardware que sus dos versiones anteriores. Vas a necesitar un mínimo de 1 y 2 GB de memoria RAM para sus versiones de 32 y 64 bits, 16 y 20 GB de almacenamiento interno para las de 32 y 64 bits, una gráfica compatible con DirectX9 y una resolución de pantalla de como poco 800×600.
Microsoft pone a disposición de las organizaciones el nuevo Windows 10 Pro, un sistema operativo especialmente pensado para que las empresas mejoren su seguridad y su productividad.
Dentro de las múltiples características del nuevo Windows 10 Pro, hay varias funcionalidades enfocadas a garantizar la seguridad de los dispositivos de empresa:
Detección de software malintencionado o no deseado en tiempo real
Protección frente a ransomware para impedir la encriptación remota del PC
Inicio de sesión con reconocimiento facial o huella dactilar
Funcionalidades específicas de Windows Security que ayudan a cumplir con el RGPD garantizando la seguridad y protección de la información en todos los dispositivos.